sábado, 24 de diciembre de 2011

¡Feliiiiiiiiz Navidaaaaaaaaaaaad!

Hoy es veinticuatro de diciembre. Son las 18.25 horas y yo estoy sentada en un sillón que hay en una casa que está en medio de una calle de las muchas de un pueblo llamado Alconchel.

En la esquina de esa misma calle hay un bar del que salen risas, gritos y una estridente música; de ésa que nadie guarda en su mp3 pero que todos corean a la vez. Parece que se lo pasan bien... Y yo también, desde mi tranquilidad asustadiza.

Me pregunto qué estarán festejando esa gente... yo celebro los cumpleaños, las bodas importantes... pero la nochebuena, ¿qué sentido tiene? Para empezar, es una fiesta precoz la que tienen montada ya que no es de noche todavía. Y para seguir... realmente dudo que esa gente esté pensando en estos momentos en el verdadero significado de la nochebuena; entendida como que nació el mesías y los pastorcillos le llevaron unos presentes.


Pero como intento ser un poco más tolerante en mi día a día, acabo pensando que quizás una reunión con los amigos sea suficiente como motivo de fiesta.


Y a la vez que escribo esto me viene algo a la mente que lleva un tiempo ya revoloteando cual mosca en verano. ¿Qué pasa cuando no caminamos a la misma velocidad que nuestras amistades?

Tengo una conocida que, en un arrebato de crudeza, me confesó que no tenía con quién compartir sus aficiones. Que ella salía y bebía jarras de cerveza por complacer a sus colegas, pero que ninguno de éstos la acompañaban a ver películas de cine independiente japonés, su verdadera pasión. Era tanta y tan grande su frustración que acabó inyectándomela a mí también. Y ahora ha vuelto a escocerme.

Analizo y pienso que me encuentro aquí sentada y a gusto. ¿Por qué tengo que salir por obligación? ¿Por qué tengo que reirme ante chistes absurdos? ¿Por qué bailar canciones que odio? ¿Por qué ponerme ropa que me hace estar con una pulmonía al día siguiente? ¿Por qué dejar de serme fiel a mí misma? Por nada. Ni por nadie.

Se supone que los amigos deben compartir (o al menos tolerar) tus gustos, pero últimamente me veo un poco descolgada en ese sentido. No me apetece pasar el día entero en Inditex desperdiciando mi tiempo, no me gustan las películas de la saga Crepúsculo, ni siquiera quedar para comer helados de chocolate y hablar de "chicos". No me gusta ir a una discoteca solo "porque es sábado". Ya saldré cuando me apetezca, pero hoy me quedo aquí sentada con mi abuela, viendo cómo disfruta con Canal Sur. Me merece más la pena que ver cómo se emociona la gente de mi alrededor con la última de Pitbull.

Cuando pasen unos años y ellos hayan olvidado esa canción, yo recordaré este momento, esta nochebuena.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Intento mostrarte que lo mío es real


“Productora audiovisual en momento delicado busca persona imaginativa, proactiva, con conocimientos en el sector”.



Mmmmm veamos: ¿cumplo el perfil? Hace ya dos años que terminé Periodismo y uno que empecé Económicas a distancia. Estoy la mayoría del tiempo en casa, por lo que imaginar, imagino muchas cosas… que algún día tendré trabajo, que llevo a Laura a cenar a un sitio caro… aunque eso más bien es soñar, pero bueno, me presentaré.


-Buenos días Marcos, a continuación le dejaremos solo en este despacho para que reflexione sobre cinco medidas concretas que llevaría a cabo en nuestra empresa que, como sabe, camina sobre un hielo demasiado fino. Después las expondrá delante de un pequeño tribunal conformado por el director de la empresa, el socio capitalista y algunos de los jefes de personal. Por último, evaluaremos tus motivaciones y conocimientos en un test de grupo, para ver cómo interactúas con tus compañeros. Céntrate y sobre todo, concéntrate.

[…]

-Despiértate, que es tarde-, me dice desde la puerta un hombre extraño al cabo de un rato.

Me había quedado profundamente dormido en un exagerado esfuerzo por exprimir mi imaginación. Pero lo tenía, ¡tenía las claves que funcionarían a la perfección! Siempre me pasa igual, mi mente vuela buscando las respuestas y éstas vienen en forma de sueño, pero nunca me fallan.

-Vale, la primera y más importante…

- No, es una absoluta falta de respeto que usted se haya quedado dormido en medio de una entrevista de trabajo. Fuera de esta empresa.

- Pero por favor, escúcheme, yo funciono así, le aseguro que las medidas son acertadísimas…

- He dicho que se vaya inmediatamente y no se moleste en venir nunca más. ¡Esto es inconcebible!

[...]

Vaya, me ha vuelto a pasar. Son tiempos difíciles para los soñadores...

viernes, 4 de noviembre de 2011

Siento que una parte se rompe dentro de mí...

No se necesitan grandes estudios para llegar a la conclusión de que el ser humano es lo más variopinto que existe. Hay de todas las clases, de todos los estilos, de todas las edades y casi de todos los colores.

Y entre todos ellos, entre toda esa multitud, tuve la suerte de conocer a la chica más especial del mundo. Ella impregnaba todas sus cosas de un halo mágico pero triste a la vez... como si fuese su último día y se despidiese de todo lo que hay a su alrededor; por eso lo valora más, saborea, pisa las hojas caídas en otoño para escuchar el sonido que producen al fragmentarse en mil pedazos.

Y esta chica complicada a la vez que especial, exigía ser tratada como una pieza exclusiva de museo. No todos sabían hacerlo pero yo aprendí. Se llamaba Amelie.

http://www.youtube.com/watch?v=LQliMxwKEek

miércoles, 26 de octubre de 2011

Días nublados



Días que gustan y son odiados por igual...


Pero que a todos inspiran.


Días que, para mí, en estado de absoluta felicidad, son los perfectos para tomar café con un buen amigo en una cafetería con una gran cristalera donde podamos ver pasar a la gente con gabardinas.


Pero en estado de incipiente tristeza, lo mejor es enroscarse una manta alrededor del cuerpo (pies incluidos, importantísimo), ponerse una buena película, a ser posible en blanco y negro; dejarse llevar y abandonarse.


Días que son perfectos para pasar un fin de semana en el pueblo frente a la candela, enfrascada en un best-seller que te impida pensar en otra cosa.


Pero en cambio son horribles durante la semana... el ajetreo de los taxis, de la gente hablando insoportablemente por el móvil, de niños berreando a la salida del colegio, de ese choque molesto entre paraguas, de ese inevitable encrespamiento, de ese ir corriendo a todas partes para no mojarte, de ese atasco mal logrado en una ciudad tan pequeña como Badajoz, de ese "ay que se me estropea el bolso de piel", de ese barro en los zapatos y en el día a día.


Días pesimistas o alegres, según como estés tú.


Ayer caminé con sandalias y hoy, en cambio, hay que abrigarse, protegerse del mal humor del tiempo y hacerlo con los pies mojados... ¿Dónde se ha escondido este año el, tan preparador, Entretiempo?

lunes, 10 de octubre de 2011

ELLA

Todos los días paso por el mismo lugar, hago el recorrido exactamente igual que la anterior vez. Y a veces veo hasta a la misma gente. Es el caso de Flora.

Ni siquiera sé por qué conozco su nombre, ignoro si ella sabe el mío. Flora es una señora casi octogenaria que se encuentra fielmente sentada en su silla todas las mañanas a la misma hora y con el mismo collar rosa de perlas. Desconozco si es por algún motivo, pero siempre he tenido la sensación de que espera a alguien. De que lleva años esperando a alguien.

Tiene la mirada ausente y una mueca imperceptiblemente triste en la boca. En la avenida Cánovas, hay una residencia de ancianos y todas las madrugadas abren un ventanal que da a la calle. Tiene mucho tránsito y los mayores se entretienen mirando a la gente, viendo sus andares ajetreados, los coches serpenteantes, los roces entre desconocidos… al menos yo me distraería. Pero ella no, ella es diferente. Es una princesa destronada y está esperando alguien que la lleve de vuelta a su mundo.

Día tras día la he mirado, le he sonreído, pero ella ahí continuaba con la mirada perdida. Siempre he querido decirle lo guapa que estaba con su collar rosa pero nunca me atreví. Tuve miedo de que no hablásemos el mismo idioma, de que ella se molestase porque yo me entrometiese en su vida.

Un día desapareció y no la he vuelto a ver. Desde entonces, mis mañanas, de camino al trabajo son insustanciales; busco por todos lados un destello rosa que me indique que ahí está ella, esperando cabizbaja. Pero nunca aparece; Flora no está.

¿Dónde te encuentras, a quién esperabas, por qué?

miércoles, 17 de agosto de 2011

PORQUE SÍ

Tengo que reconocer que he pensado muchas veces en ti, pero muy pocas he hecho palabras mis reflexiones. Ahora es un buen momento, en una noche como la de hoy, en la que me has avisado de lo bonito que estaba cierto astro...

Tendemos a decir cosas bonitas y profundas de las personas cuando no están, cuando se ha hecho tarde, por eso hoy, quiero romper mi tradición y mi historia contigo. Al igual que ya pasó una vez...

Sé que has cambiado mucho desde que nos conocimos y si, en ese momento, cuando aposté por ti (porque sí, la vida es un juego de cartas, con sus comodines y sus palos) me pareciste una buena persona; lo cierto es que ahora me pareces insuperable; una diamante que afortunadamente, no ha sido corrompido por la sociedad. Y no sé si debería decirlo porque me quedo al descubierto, y no sé si debería pero lo hago; aún a riesgo de quedar como una quinceañera escribiendo a la Súper Pop. Tú y solo tú me has hecho uno de los mejores regalos que he recibido nunca, y lo más importante es que lo hiciste sin darte cuenta y sin esperar nada a cambio, estoy segura. Dicen que el mayor gesto de amor es dejar libre a una persona. Tú me animaste a volar, me prometiste que me esperarías, que me tomase mi tiempo para tener un buen aterrizaje, y hasta ahora, así ha sido. Tú me has apoyado en todo momento, has intentado entenderme (y sé de buena tinta que a veces no es fácil), tú te has enamorado de los pequeños detalles, de los malos pelos. Tú, la persona más generosa que conozco, eres mi comodín, mi carta de la suerte... y te pienso llevar siempre bajo la manga.

Aunque esto parezcan los votos de una boda americana, son simplemente unos cuantos pensamientos... y sí, tenía que escribirlos; no porque se me vayan a olvidar (eso no), sino para que, cuando dentro de unos cuantos años, descubras estas letras en el reverso de una facura de Yoigo, pienses: "qué romántica es".

viernes, 29 de julio de 2011

La psicópata más joven del mundo

Esta es la historia de la psicópata de la cámara de fotos y el cuaderno azul. Nunca tuvo las cosas claras en la vida, nunca tuvo un sueño factible, algo que la animase a trabajar día tras día. Por eso tampoco tuvo jamás nada que perder.

Su guerra diaria era la batalla entre las dudas que la asaltaban y clavaban cuchillos de acero inoxidable, por eso tenía que estar defendiéndose constantemente. Su método de protección no era otro que las palabras más hirientes jamás leídas de su cuaderno de pastas azules. Su alimento era la fotografía y su olfato reclamaba insaciablemente el sudor de presas a las que devoraba sin concederle más importancia de la que tiene una liebre para un águila.
Un día conoció al chico del cuaderno verde… pero no, esta historia no acaba como las demás porque siempre fueron diferentes. Ni se casaron ni tuvieron hijos ni tampoco perros que se cagaban en la calle y otros lo pisaban. No, simplemente abrieron sus cuadernos, cerraron sus bocas y se embarcaron en una aventura rara, llena de complicaciones, injusta a veces… pero ¿es que acaso no es así la realidad?

Un día os contaré qué pasó cuando todas las hojas de sus cuadernos estuvieron ya pintarrajeadas y necesitaron tirar del lenguaje de los políticos para comunicarse. Cayeron en insultos, sarcasmo, silencios violentos… Un día.

martes, 21 de junio de 2011

El poder de una canción

Acaba de empezar una tormenta de verano. De pronto suena aleatoriamente esa canción.

El olor a tierra mojada te envuelve, el cuerpo se te agita y en tu cabeza vuelve a fluir nuevamente aquel momento en aquel autobús camino a Amsterdam. El olor, el sabor y hasta el color del día eran los mismos. Pero lo que encendió la llama fue la canción. Ahora lo tienes todo nuevamente en tu cabeza, desconectas los botones y cables que te unen al mundo real, te dejas llevar…

Y TE VAS.

domingo, 24 de abril de 2011

Soy una actriz.

Y todas las relaciones que tengo abiertas ahora mismo en mi vida son una mentira.


A veces blanco, a veces negro. Pero siempre gris.
A veces grande, a veces insignificante. Pero siempre mediocre.
A veces fea, a veces guapa. Pero siempre borrosa.
A veces egoísta, a veces desprendida. Pero siempre yo.

viernes, 4 de febrero de 2011

Adiós, me voy a ninguna parte.


Días. Se llaman así porque les corresponde hacerlo por la hora que es, pero en realidad son más negros que un tragante.
Días en los que te apetece estar veinticuatro horas en la cama. Provisiones en la mesilla: libro, botella de agua, paquete de pañuelos sin abrir y el ordenador. Con eso te basta y te sobra, porque el móvil, mejor tenerlo apagadito.
Realmente con el ordenador es más que suficiente para pasar un buen día. Puedes escuchar las rarezas de algún grupo, porque así es como te sientes. Puedes ver una, dos y hasta tres películas. Puedes cotillear todo lo que quieras, aunque no sea lo que más te apetezca. E incluso hasta puedes escribir un blog...
Como este.
De vez en cuando echas una cabezadita. Te levantas a comer algo (mejor si es con chocolate) y buscas en el diccionario el significado de la palabra TRAGANTE: "en los hornos de reverbero, conducto por donde pasa la llama desde la plaza a la chimenea".

martes, 1 de febrero de 2011

El perro de Heidi


Dícese de una nube muy baja, que dificulta más o menos la visión según la concentración de las gotas que la forman.
NUNCA HE CONOCIDO ALGO IGUAL.
Era sorprendente, alucinante, horrible.
Esperando al bus, ¡no me veía los pies!
Y una vez dentro, cada vez que se abría la puerta, parecía como si fuese a entrar... así, condensada, en forma de cubito.
Ha sido tan extraño que he pasado miedo... no veía nada más allá de los cristales... absoluta oscuridad... y luego, una luz anaranjada. Era la primera vez que cogía ese autobús, el 134 y por tanto, que hacía ese recorrido. Y no sabía por dónde guiarme... ha habido un momento en que fuera sólo se veía el color naranja, fruto de las luces de la ciudad... así era como yo me he imaginado el infierno.
Y al bajar en mi parada e intentar llegar a casa, estaba el panorama como si de un cuento se tratara:
sólo veía las ramas oscuras de los árboles... como una caperucita en un bosque encantado, sombras sinuosas, imaginación al poder, ¿se ha movido algo ahí?
Joder, qué ganas de llegar,
Una niebla que se podía mascar.


La canción del día es: Highway to hell, de AC-DC

domingo, 23 de enero de 2011

Tú...

Sé que en cada canción has puesto la vida por identificarte, por decirle a los demás que todo lo que dice te define, que parece que está escrita para ti… para que todos cuando la escuchásemos, te recordásemos y te diésemos un toque quizás…
Hiciste todo esto pensando en ti desde los demás. Pero no te diste cuenta que todos ya teníamos de ti una opinión:

Eres una bruja…
Eres una bruja…
Eres una bruja…

Ésa es tu canción.

lunes, 10 de enero de 2011

En Polonia...

Me gusta levantarme y desayunar de pie mirando a la ventana; ver la nieve, el parque, los cuervos, la gente resbalándose o tirando la basura… cualquier cosa que pase me entretiene.
No hablar con nadie, ni recordar en qué idioma debería hacerlo… ¿polaco, español, francés, inglés? “Guten morguen” he oído por ahí… yo me comunico con la cabeza, la muevo un poco, sonrío y vuelvo a irme. A mi mundo, a seguir mirando por la ventana, a mi habitación, a mi país…
Me gusta ir a comprar al supermercado “POLO” (buen nombre, pensaréis, debido en el país en el que me hallo) y perderme por ahí, encantarme los precios, la cantidad de cosas que echaré de menos en unos meses… cosas que sólo están ahí. Luego me preguntan que por qué echo fotos a cosas absurdas… ¡a la gente qué le importa! Porque quiero recordarlas y punto… desde luego, que afán por juzgar a los demás.
Me gusta Polonia sí. Ya sólo me queda un mes aquí… y pese a haber estado poco tiempo (o mucho, según cómo y quién lo mire) hemos pasado por distintas estaciones y estados. En cuanto a lo primero, decir que cuando llegamos, en septiembre, hacía un tiempo estupendo, un otoño cálido y soleado; luego vino el frío, sí, mucho frío, mucha nieve, hemos llegado a beber vodka seco para aplacarlo (y no fue por gusto) y ahora, en enero, parece que la primavera se está adelantando y eso es maravilloso. Todo se está deshelando, el blanco va desapareciendo de los escenarios de esta pequeña obra de teatro que hemos vivido.
Y pronto se baja el telón.
No hace falta que aplaudáis, ya lo hago yo.


Estas son las vistas desde la ventana