Tengo un amante.
Sí, me ha costado reconocerlo, pero ahora me siento mejor.
Lo descubrí una mañana soleada en un parque. Fui a dar un
paseo y allí lo encontré. Me fascinó desde el primer milisegundo. No pude
evitar acercarme poco a poco y decir en voz baja: ¡GUAU!
Era impresionante. Creo que fue amor a primera vista porque
yo también le gusté a él. Me encanta su naturaleza, su virilidad, sus músculos
marcados, su dureza…
Desde ese día, todas las mañanas nos encontramos bajo la
sombra de un sauce. Allí nos escondemos del resto de la gente y dejamos que pase el tiempo.
Él me abraza y
yo me dejo querer, me pierdo y me entrego al placentero acto de leer. Allí, al
sol, sentada sobre él… ¿puede haber algo más hermoso?
Él y yo - in fraganti |