A algunas
personas les resulta bastante complicado hablar de ellas mismas. Lo cierto es que yo soy
terriblemente tímida y esto me hace parecer estúpida y maleducada a veces, pero
cuando más sincera soy es ante un papel. O en este caso… ante una plantilla de
blogger.
Soy
pasional. Empezar por aquí me parecía lo más justo. Las cosas que me importan
las hago con gran fidelidad y entrega: desde cocinar hasta escribir una
dedicatoria en un libro para mi madre. Soy pasional
y tengo un imán para aquellas personas/artistas que se respiran con el alma,
especialmente con los cantantes. Por eso, en cuanto veo a alguien que disfruta
con lo que está haciendo, que no piensa en la lista de los cuarenta principales
y que siente con la misma intensidad una canción, aunque sea su enésimo
concierto, me enamoro automáticamente. Mi último descubrimiento es Vega
(también creo en las casualidades y a punto estuve yo de llamar a mi perra así
antes de conocer a esta cantante. Finalmente la apodé Greta y es la reina) pero
siempre he tenido predilección por un tipo llamado Leiva. Pienso que hace
música con las tripas y sabe sacar la magia a las cosas cotidianas como nadie.
En cuanto a internacionales, Keith Richards y sus manos, y Tom Petty y su avión.
Y no sé por
qué he terminado hablando de música…. Quizás porque me encanta cantar y tocar
la guitarra aerodinámica delante del espejo. Doy conciertos multitudinarios en
mi habitación, la gira no termina jamás. Sin embargo, en el ámbito terrenal,
soy totalmente inútil para tocar un instrumento (bueno, aún recuerdo ‘Noche de
paz’ en la flauta) y aunque lo he intentado, soy incapaz de escribir una
canción.
Pienso que hay muchos impostores hoy en día.
En moda, en música, en literatura, de palabrería… Todos sabemos lo que hay que
escuchar si quieres ser independiente, lo que hay que leer para que te consideren
culto, y un largo etcétera que ahora no me apetece enumerar. El caso es que lucho como una gladiadora por las cosas que quiero y en las que creo. Soy
indecisa y siempre estoy pensando en qué estarán pensando los demás. Altamente
influenciable, trabajo cada día para serlo un poco menos.
Procuro
esquivar con mi bici el charco de la política, porque no me gusta absolutamente
nada. No me gustan los colores solos, prefiero cuando se juntan y crean una
macedonia para la vista y para el sentido común. Y mientras en mi país haya dos
bandos, no pondré ni un gramo más en la balanza de ninguno. Y a este punto me
ha costado llegar, porque reconozco que he votado. Y lo que es peor, que he votado a
quien me han dicho. Supongo que hay gente que con 18 años es firme en sus
creencias pero no era mi caso.
Estudié
comunicación audiovisual por el mismo motivo, influenciada por los pensamientos
ajenos y enredada en los míos. Lo que verdaderamente me gustaba era el francés.
Quería hacer filología francesa pero me dijeron que eso no tenía salidas. Luego
resulta que hace dos años que terminé la carrera y todavía no he encontrado un
trabajo, sólo contratillos de becaria. Algunos ilegales. No es que me
arrepienta de haber estudiado Comunicación porque gracias a esos cuatro años he conocido a gente maravillosa
y he aprendido mucho de ellos, peeeeeeeeero… (se veía venir, ¿no?) creo que en
la Universidad de Extremadura (que es la que yo conozco) la carrera está mal
planteada. Estudiamos varias veces la asignatura que estudia la historia de la
información y los créditos prácticos se limitan a trabajos escritos de diez
páginas y una exposición con PowerPoint en clase. Damos de todo un poco y de
nada en concreto. Elegí la rama de radio y tuve la suerte de hacer falsos
directos, que fue lo que más útil me resultó… Pero el resto de la carrera,
tiene más carencias que proezas. Al menos, esa es mi percepción, quizás ya
alterada por el paso de los años.
Después de
un año sabático, en el que me fui a Dublín a practicar inglés (y un inglés muy
raro se habla allí, por cierto), me harté de hacer cursos online ¿y qué más?...
Pues también me deprimí un poco. Después de ir a 120 kilómetros por hora en la
universidad, viene un parón brusco. Ni el vehículo, ni el piloto (que era mi
cerebro) estaban preparados para tal impacto. Me programaron para estudiar,
trabajar, emanciparme, casarme y quizás tener pequeñas albas. Pero resultó que
me vi imbuida en una gran crisis nacional y las cosas no salieron según lo
previsto. Ahora sé que eso ha conformado una parte importante de mi
personalidad y me alegro de aquel impacto. Ya sé afrontar un cambio
repentino de planes, sin perder pelo.
Después
decidí estudiar un máster de algo que siempre me había gustado y era lo único
que tenía claro: la escritura. Me fui a Sevilla, me maravillé con sus calles,
conocí gente que me enseñó cosas vitales y estudié Escritura creativa. Quizás
yo sea demasiado exigente pero vi en esa facultad muy poco interés por lo
alumnos y mucha por sus matrículas. Había demasiada desorganización, faltas
reiteradas de profesores y eso me dio un tufillo sospechoso a negocio. Pero
bueno, entiendo que los dineros están antes que las personas, que la salud, que
las ilusiones de jóvenes con ganas de aprender. Es otra de mis últimas
enseñanzas. Decidí ser
fiel a mis principios, no desazonarme con esas cosas y seguir siendo la
soñadora que siempre fui. Por eso, inconsciente de mí, me dispuse a escribir una
novela. Oh sí, lo hice. Nunca había llenado con mis letras más de cinco o seis
folios y esto era todo un reto. Lo conseguí. Será mejor o peor (sí, seguramente
será esto último) pero yo estoy contenta. Aurora es mi amiga, mi hermana y a
veces, hasta la busco en Facebook.
Además de
escribir, también me gusta inmortalizar sentimientos. Lo hago sin ninguna
pretensión, con una cámara de diez años y con mucho respeto hacia los
profesionales. Soy solo una niña de parvulitos en este campo, como en la mayoría de ellos. Pero día a día voy aprendiendo a vivir.
Valoro mucho el sol y me encantan los vinos. No soporto a los conductores coléricos ni a los que van de listillos al volante. Tampoco a la gente que se te pone delante cuando estás mirando algo en el supermercado o a los que te rozan y ni se disculpan. En cambio, adoro leer literatura contemporánea escrita por mujeres (Ángeles Caso, Almudena Grandes, María Dueñas, Espido Freire, Elvira Lindo...) y sí, me ha resultado un poco difícil escribir sobre mí, porque en el inmenso pantano que es Internet, nunca sabes si te estás desnudando de más. Así que creo que voy a dejarlo ya :)
Valoro mucho el sol y me encantan los vinos. No soporto a los conductores coléricos ni a los que van de listillos al volante. Tampoco a la gente que se te pone delante cuando estás mirando algo en el supermercado o a los que te rozan y ni se disculpan. En cambio, adoro leer literatura contemporánea escrita por mujeres (Ángeles Caso, Almudena Grandes, María Dueñas, Espido Freire, Elvira Lindo...) y sí, me ha resultado un poco difícil escribir sobre mí, porque en el inmenso pantano que es Internet, nunca sabes si te estás desnudando de más. Así que creo que voy a dejarlo ya :)
2 comentarios:
yo quería estudiar filologían inglesa, pero me dijeron que no tenía salidas...El mismo amor, la misma lluvia
Es con los años cuando el flan de nuestra mente va cuajando. ¡¡Algún día se podrá degustar y todo!! Ese día será cuando no nos influyan las opiniones de otros.
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