La sociedad está atravesando un terreno pedregoso y seco, muy duro a ratos. Pero también, entre todos esos problemas, entre todos esos jóvenes desesperados por trabajar, entre toda esa fuga de cerebros, digo yo que habrá algo bueno.
Claro que lo hay. Está el compañerismo en los malos momentos, las cervezas a un euro en el bar de esquina de la plaza de España, las personas que te echan una mano sin que tú lo pidas, las comidas de mamá, el tiempo que nunca tuviste para sumergirte en libros y superar tu récord mensual, los paseos a media tarde, las siestas eternas, la visita a los abuelillos... Indudablemente, hay millones de cosas buenas. Solía pensar que el hombre es un lobo para el hombre, parafraseando al filósofo Hobbes. Pero a base de mucha reflexión y sobre todo, mucha observación, me he dado cuenta de que esto no es así; siempre hay gente maravillosa por ahí dispuesta a ayudarte y a sacarte una sonrisa. Realmente, los que desean hacerte daño, son los menos. Confío plenamente en ello.
Eso no quiere decir que nosotros, en nuestro camino particular, no lastimemos a las personas que más queremos. Esto es ineludible. Nos equivocamos, nos tropezamos, herimos sin querer a los que nos rodean. Pero eso es lo importante: que es sin querer. Las personas inteligentes, se darán cuenta de ello y no volverán a caer en su error... los demás, que son una minoría, pues por desgracia; no.
Pero como las personas inteligentes también son vulnerables, a veces ocurre que nos dañamos a nosotros mismos. Una y otra vez; nos torturamos y no dejamos de pensar en otra cosa que no sean los malos momentos vividos o en las oportunidades que no surgen.
¿Qué pasa? ¿Por qué hacemos esto, en lugar de pensar en todas las cosas buenas que tenemos?
Esta reflexión sale de un vídeo que he visto que, en lugar de provocar pena, me transmite una gigante admiración. Porque pese a que nos creamos que nuestros problemas son enormes, siempre hay gente que está en una situación peor. Gente que consigue ser feliz a pesar de todo, como el caso de Francisco Feria.
Creo que me voy a dejar de escribir pensamientos y simplemente, dejar el vídeo para quien lo quiera ver y quiera abrir la ventana para que entre el sol de lleno en la habitación.