viernes, 20 de enero de 2012

La experiencia es un grado, se comenta por ahí

Bueno, llega un momento en el que uno vuelve a los inicios. Yo creé este blog para narrar todas las aventuras y despropósitos de mi estancia en Polonia. Y ahora me encuentro en una situación similar: un país extranjero, un idioma oxidado, unas costumbres diferentes, una convivencia con gente extraña para ti… en fin, una supervivencia fuera del nido: pero en este caso el lugar elegido es Dublín.

Aún no llevo ni una semana aquí, por lo que creo que es pronto para sacar conclusiones; sin embargo, estoy contenta. El primer día fue muy MUY duro. De principio a fin me sentí completamente fuera de lugar, anhelando volver a mi casa, a mi cama, a mi váter, a mi coche, a mi mundo. Sí, suena un poco egoísta tanto posesivo, pero es lo que hay. Ahora nada de lo que hay aquí es mío: duermo en una cama por la que habrán pasado cientos de personas, no tengo ni silla propia, comparto una ducha con siete personas y algún que otro punto suspensivo más. Pero es lo que tiene vivir fuera, ¿no? Aprender un idioma, adquirir experiencias de vida, conquistar un territorio inexplorado y conocer gente nueva.

Y lo cierto es que así ha sido: estoy dándome cuenta de que muchas personas abandonan años académicos para venirse a un lugar extranjero a aprender inglés. Y durante un período largo, además. A veces me pregunto qué prioridades tendrán o cómo estará su cabeza amueblada: si quizás se compren antes una estantería que una cama o una cocinilla de gas.

Actualmente, en mi clase hay un coreano, un francés, una portuguesa y cuatro brasileñas. A veces tengo que contarles mi vida en ejercicios que hacemos, pero para qué mentir, me la invento por completo. Un día I live with my grandmother y otro I’m studing  for be electrician. Ah y también I have two brothers. No sé, una especie de juego. Realmente todo lo que estoy haciendo aquí es jugar, ponerme en una situación determinada y mover las fichas. Son personas con las que probablemente no coincida nunca más, así que, why not?

Por tanto, mis dos conclusiones por ahora son que el inglés es IMPORTANTÍSIMO (la de que los españoles somos los que peor lo hablamos de toda Europa, ya la tenía desde hace un tiempo. Y me sigo reafirmando. Es muy triste tener ya asimilado eso y no hacer nada por impedirlo.)
 Y la segunda es que estamos obsesionados por adquirir experiencias de vida; viajar fuera, meter muchas personas en nuestra cama, ir en contra de lo tradicional, etcétera. Sin saber que, ineludiblemente las iremos viviendo por el paso de los días y de la vida misma. Y por el peso del destino.

Ansia por vivir, vivir precipitadamente. Para luego ¿qué? ¿Morir lentamente?

Por último y al hilo de estos extraños pensamientos míos, Dublín es una ciudad muy bonita, con grandes avenidas que no dejan de ser acogedoras, al igual que sus habitantes. Muy colorida y alegre, aunque cambiante en el tiempo. Poco a poco me voy acostumbrando a los coches que vienen por donde no te esperas y que el grifo tenga el agua caliente donde en España está la fría. Por lo demás, me encanta ver alimentos extraños, probar aquello que no está a mi alcance normalmente. Y extasiarme contemplando a la gente de otro lugar. Ésos son algunos de mis pequeños placeres diarios en Dublín. (DÁBLIN para los amigos de aquí). 


La frase que reina en mi mente ahora es: "CONQUISTAMOS EL ESPACIO EXTERIOR PERO NO EL INTERIOR".